Transcurrió la primera quincena de las campañas hacia la gubernatura veracruzana. Nada nuevo que reportar. Corre el proselitismo de las candidaturas en un riel distinto a la realidad popular.

Los escándalos siguen alimentando la hoguera de la percepción que se construye a base de encuestas, filtraciones, denuncias, guerra negra y demás estratagemas que no significan un avance cuantitativo de la campaña.

La percepción se fabrica con fuegos de artificio, en la engañifa. La elección se gana en el recorrido, en el trabajo proselitista, en el tête à tête con el elector potencial, a quien hay que enamorar con el contacto directo, sudando la candidatura, en apego al ser y parecer en la política.

Para ser candidato, hay que parecer candidato, candidata.

Un analista político, que hizo ganar hasta personajes hoy indeseables del duartismo, sostiene que la campaña se gana o se deja ir en la segunda quincena de mayo, donde los equipos de campaña deben poner toda la carne en el asador, como dice la frase hecha.

Es claro al sintetizar que las campañas construidas con denuestos, acusaciones, difamaciones y ataques, concebidos en los cuartos de guerra, sólo generan una nata en las esferas de la opinocracia. No permean hacia la base de la pirámide donde habita el elector que sí sale a votar, ya sea para conservar un programa social o una dádiva oficial, ya por el mero de deseo de echar por tierra un proyecto como sucedió en el 2018, o bien, porque es movilizado por los poderes facticos y caciquiles que operan los procesos en el estado de Veracruz.

La campaña virtual, que intenta vender espejitos sobre una carrera parejera donde el opositor alcanza y gana, es estrategia de humo, sostiene el operador político. La campaña es de quien la trabaja en el campo, donde se fabrica la imagen y en la estructura política, el ejercito que trabaja 24/7 en los seccionales, ejidos, rancherías, comunidades, pueblos, colonias populares y barrios citadinos donde no llegan ni medios de comunicación, opinócratas de la política, ni candidatos que se la pasan en la milonga tomando café al mediodía.

Sin estructura, no hay posibilidad de victoria.

Sin soldados de a pie, el ejército raso que mantenga contacto con la población, no se edifica el triunfo.

El problema aquí es que los soldados, tenientes y capitanes que antes movían las banderas y se golpeaban el peto con las espadas, en defensa suicida por su partido, ahora se pasaron a otro ejército, bajo la sencilla premisa de irse a la cargada con la candidatura que huelan ganadora.

La lealtad partidista se clasifica más abajo que la conveniencia para ubicarse en la sobrevivencia.

Renovarse o morir. Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error, como se resume en la picaresca del viejo sistema.

Cuando un militante partidista ve que su partido se desmorona como un polvorón, pone pies en polvorosa, se entrega al bando contrario, alquila su sapiencia u oficio en las tareas de campaña y se acomoda otro chaleco.

Total, la vergüenza solo es una falta social en una población olvidadiza, pazguata y desinteresada.

Estas deserciones nutren el ejercito del partido adversario.

Así que las candidaturas contendientes en un destino llamado Veracruz deberán hacer focus group para analizar si han avanzado, si le han comido algunos puntos de preferencia al adversario o si la cuarta parte de la campaña ya se fue por la borda.

Es tiempo de recomponer la estrategia, redireccionar el rumbo; no poner todos los huevos en la canasta del ataque enfermizo, obsesivo que pone en tabula rasa el odio como elemento esencial para hacer política.

Pelearse con el adversario no es hacer política.

Lanzar campañas desgastantes en intento de erosionar una candidatura no es hacer campaña.

Ya se fueron quince días valiosos.

El balance en esta primera quincena puede acotar el juego sucesorio en dos equipos.

La puntera, según la mayoría de las encuestas, Norma Rocío Nahle García, quien se comprometió a caminar por los 212 municipios para convencer con sus ocho ejes troncales que contienen sus 80 propuestas.

En esta pugna, en competencia, está José Francisco Yunes Zorrilla, de la coalición Fuerza y Corazón por Veracruz, impulsado por el PAN, PRI y PRD, cuyo equipo de campaña sostiene que ha arrebatado algunos puntos porcentuales a la morenista Nahle.

Polo Deschamps le apuesta más a las redes sociales y a los jóvenes en una estrategia que no se apega a la política convencional, sino que parece encaminada a la sobrevivencia más allá del 3% de la votación total que garantice la prerrogativa al partido naranja.

El joven Deschamps no ha podido ser la tercera vía, no es la bisagra en esta elección que arroja la percepción de una candidatura tomada al vapor, por el peso de la circunstancia.

Por tanto, la competencia real está entre Nahle y Pepe.

Ojalá que el sábado 27 de abril podamos ver un debate de altura en el primer encuentro de la candidata y los candidatos a la gubernatura.

Aunque dicen los puristas que un debate no desbarranca ni entroniza a un candidato, la expectativa es que las ideas se alcen por encima del insulto.

Que candidata y candidatos piensen en la gente, en los electores, a la hora de emitir la voz en el primer foro que se desarrollará en el Museo de Antropología de Xalapa.

En resumen, de este soliloquio, escribimos que esta primera quincena de campaña fue a parar al reino del olvido.

La democracia se nutriría si la elección se cierra porque sería un elemento palpable del interés de la gente por la política.

A nadie le conviene decir que la elección está decidida.

Eso son meros trucos circenses y una falta de respeto a los tres contendientes.

… del mismo costal.

Para uno que madruga, otro que no duerme, resume la conseja popular. La propuesta, el recorrido, los mítines, son formas de hacer político, son escenarios para el mensaje proselitista.

El sábado, en Ciudad Mendoza, gobernada por Héctor Rodríguez Cortés, fue un acto proselitista por los cuatro costados. Se mostró un arropamiento hacia la candidata Nahle después de dos semanas de ataques.

En esta demarcación, ombligo de la difícil frontera entre Veracruz y Puebla, Sergio Rodríguez Cortés operó en la corrección de la política al organizar un acto multitudinario donde todo salió bien.

Rocío Nahle se olvidó un poco de la guerra sucia que le han emprendido en redes y hasta pastel de cumpleaños degustó con la gente.

Fue una celebración tranquila, donde se vieron muchas mujeres que volvieron a escuchar el compromiso de armar una Fiscalía Especializada en Feminicidios que saque a Veracruz de la impunidad de ser el tercer estado donde más mujeres son asesinadas.

Aparte de la investigación reactiva, se trabajará en la prevención de la violencia contra la mujer.

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