Poco a poco, por no decir que bastante rápido se diluyen las ilusiones del alcalde panista  de Coatepec, Luis Enrique Fernández Peredo, por alcanzar la nominación para contender por la diputación local, toda vez que sus bonos – ¿cuáles?- se encuentran totalmente a la baja. La cúpula panista veracruzana, a estas alturas, ya sopesó que el munícipe, no les representa nada, tampoco les asegura la permanencia del control político y, peor aún,  en el supuesto de ser nominado, saben que es entregar la plaza. No hay obra, no hay desarrollo; la inseguridad se incrementó y todo indica que Fernández Peredo, no será candidato ni para jefe de manzana. El “trabajo” realizado por el edil coatepecano, afirman los partidos de oposición, ha puesto en bandeja de plata, la silla municipal, y ya se aprestan a tomarla, no sin antes decirle: ¡gracias, alcalde, la oposición te saluda con afecto!

La actual Contralora del Estado, Mercedes Santoyo Domínguez, sin querer queriendo, quizá buscando los reflectores que la sacasen de su ostracismo, al comparecer ante diputado locales, se atrevió a señalar que las obras y acciones que se realizan por parte del gobierno del estado, son entregadas-adjudicadas de manera directa. Ello le sirvió a los opositores al “honesto” gobernador Cuitláhuac García, para volverlo a despedazar políticamente y la declaración de la funcionaria morenista de Veracruz, le dio la vuelta al mundo y los comentaristas a través de las redes sociales, le dieron “vuelo a la hilacha”, como se dice coloquialmente. La comparecencia de la Contralora del Estado, fue un acto semejante al echarles carne fresca a los leones. Tan fue así que, la policía de don Gato y su pandilla del secretario de seguridad pública, quedó, literalmente, pulverizada, al grado de que ya nadie se acuerda ni de Benito, ni de Demóstenes ni tampoco de Don Gato. Doña Mercedes, dejó de ser un simple florero, para convertirse en la flor más bella del jardín, hoy todo mundo habla de ella.

Marlon Ramírez Marín, ya le dijeron al dirigente del PRI: “a quien dos amos sirve” y  “el que tracoma una vez”

Tal vez sea debido a su inexperiencia o, vaya usted a saber a qué, pero todo hace indicar que el actual dirigente del PRI en Veracruz, Marlon Ramírez Marín, no ha estudiado ni aprendido nada en la escuela de la vida e ignora, por lo tanto, aquella sentencia popular de que “a quien dos amos sirve, con alguno queda mal” Y es que para nadie es un secreto que el dirigente priista, a pesar de estar al frente del otrora poderoso partido, el cual han identificado con el color rojo, a él, a Ramírez Marín, parece tener predilección por un color que identifica cundo voltea hacia el cielo. Y, para rematar, para terminar la aseveración de que priista dirigente no ha aprendido nada de la escuela de la vida, en relación con el tema del exgobernador Fidel Herrera Beltrán, ya le estamparon el cara a don Marlon aquello de que “el que traiciona una vez, traiciona siempre”

Expresiones como “ya se está pacificando el estado”, “están disminuyendo los delito de alto impacto” “los delincuentes serán aprehendidos y llevados ante la autoridad competente”, “cumplimos la promesa de pacificar a Veracruz y en dos años, lo hemos logrado”, son declaraciones alegres que, de manera fácil y con una conferencia que venga a dar a esta capital el alcalde de Coatzacoalcos, Víctor Manuel Carranza Rosaldo, o cualquier otro munícipe de la zona del sur de Veracruz, podría echar por tierra. Camiones urbanos incendiados a plena luz del día, en cualquier día de la semana, homicidios, levantones, secuestros, cobros de piso, etc., son los resultados más evidentes de que la política de seguridad, es muestra palmaria de un gobierno fallido. No pasa un día sin que los medios de comunicación o las benditas redes sociales, nos den cuenta de las tragedias que se viven en aquella región del sur de Veracruz.

Acostadito en la hamaca o acurrucadito en el sofá, es como se puede describir la actitud del dirigente del Partido Verde Ecologista de México en Veracruz, Carlos Marcelo Ruiz Sánchez, quien se encuentra a la espera de que lo llamen para firmar una alianza con “el mejor cliente” y de esa manera continuar pegado a la ubre y succionando de presupuesto gubernamental. Al imberbe dirigente no se  le ve haciendo “la talacha” que corresponde a un dirigente partidista, no se ve tampoco haciendo algún programa para evitar la contaminación, no se sabe que ande reforestando alguna zona del estado, tampoco se ve salvando a algún animalito en peligro de extinción. Por eso, cuando se le pregunta a los pvemetistas veracruzanos, acerca de qué es lo que hace su dirigente, contestan, “ahí está, acostadito en la hamaca y acurrucadito en el sofá”. ¡Chulada de maíz pinto!, dicen en mi pueblo.