Los hechos delictivos, los hechos sangrientos continúan registrándose en territorio veracruzano, mientras las autoridades estatales se distraen en grillas.

Este fin de semana, de nueva cuenta, fueron hallados restos humanos dentro de bolsas en diferentes zonas de la entidad.

Por ejemplo, en el municipio de Poza Rica se realizó un macabro hallazgo en una vivienda que se ubica en la colonia México.

En ese domicilio fueron encontradas bolsas con cuerpos desmembrados. De las víctimas nada se sabe y de los responsables mucho menos.

En otro municipio, al sur del estado, en Coatzacoalcos, también fue encontrada una bolsa negra con partes humanas, pero, además, había una cartulina con un narco-mensaje.

En Cosoleacaque también fue encontrada una persona que habría sido ejecutada.

Este tipo de hechos delincuenciales ponen en duda las supuestas acciones que llevan a cabo los gobiernos y las diferentes corporaciones de seguridad, tanto federal como estatal y municipal.

En Veracruz, por todo lo que se observa, los grupos criminales siguen operando de manera libre y sin restricciones.

El temor y la incertidumbre invaden a la población, a las familias veracruzanas que no observan ningún tipo de acción por parte de quienes, se supone, deben brindar paz y seguridad.

El discurso de que no se permitirá que grupos delincuenciales hagan de las suyas ha quedado totalmente rebasado. Siembran terror y las autoridades sólo se limitan a observar.

Más allá de la danza de cifras, los hechos confirman la ola de inseguridad y violencia que prevalece en Veracruz, en el estado que no pasa nada.

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