Hay un libro muy poderoso que el sistema educativo mexicano tiene muy bien guardado, y qué digo guardado, más bien escondido, sellado, oculto, al grado tal que sus propios cuidadores -los profesores de nuestras escuelas básicas- no conocen su contenido, y menos los secretos que lo hacen tan importante.

     Quien alcanza a dominar el conocimiento de ese libro excepcional se convierte en una persona más inteligente, que puede entender mejor al mundo y a sus prójimos y llegará a convertirse en el mejor maestro del planeta.

     Es tal el poder de esa obra, que puede conquistar imperios y ganar guerras (ya lo explicaré más adelante).

     Ese arcano, ese valioso tesoro enterrado en la ignorancia, esa gran herramienta, ese texto mágico es:

     ¡La Gramática Castellana!

     (Permítanme hacer un paréntesis: un diputado conocido mío me dijo. alguna vez lo que significaba la palabra “Juchique”. Y sucedió que un día quise recordar la traducción, pero se me había borrado de la mente, así que le mandé un mensaje a mi amigo: “¿Me puedes decir qué quiere decir ‘Juchique’ en castellano?” El buen hombre me contestó rápidamente: “En castellano no sé, pero en español quiere decir ‘en la flor’.”

     (Vean nadamás cómo este representante popular -al igual que muchísimos mexicanos que pasaron por la primaria de noche- no tenía idea de que el español como idioma en realidad se llama castellano, porque proviene del reno de Castilla. A los otros idiomas que se hablan en aquel país, como el catalán, el vasco, el gallego, se les puede decir igual que son un idioma español, pero como los reyes de Castilla y Aragón terminaron por conquistar toda la Península Ibérica -con la excepción de Portugal-, pues impusieron su idioma regional como la lengua oficial. Eso mismo hizo Francisco Franco, para imponer su dictadura en todas las provincias, y trató de desaparecer toda la riqueza lingüística de esa nación europea. Obviamente no pudo con la fuerza cultural de los pueblos, con el alma del país, y los otros idiomas siguen vivos y campantes… Y aquí termino el paréntesis).

     Conocer la gramática de un idioma entraña muchos beneficios para una persona. Recordemos que nuestro vehículo para expresar ideas es el lenguaje. Por eso, dominarlo es dominar nuestra mente y nuestros pensamientos. Dominarlos y ordenarlos.

     Una persona que habla bien, piensa bien… y viceversa. Por eso la enseñanza de la redacción es un trabajo de enseñanza del pensamiento. Se tiene que aprender a pensar antes de aprender a escribir. Y eso vale también para la lengua hablada.

     Los beneficios de saber gramática son tantos y tan jugosos, que dejaré para mañana la finalización del tema, con la esperanza de abordarlo con la suficiente claridad.

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