Entre tanto discurso de odio, descalificación y justificación, en lo personal resulto una bocanada de oxígeno escuchar al ahora presidente municipal de Hermosillo, Antonio Astiazarán, durante su toma de protesta.

Fue respetuoso en la forma, pero dejó en claro que el trabajo del ayuntamiento es necesario para que se refleje en los resultados del Estado.

Usted puede escuchar y ver completo su intervención en https://www.facebook.com/100006286926145/posts/3103718183181049/?d=n

Me gustó que fuera claro sobre el rumbo de la ciudad, su apertura para la participación ciudadana a través de la tecnología, y como ya es su característica en otras gestiones, anunció obras que beneficiarán directamente el bolsillo de los Hermosillenses, como es el caso de la instalación de páneles solares para reducir el pago de energía eléctrica, retoma importancia esta noticia ante la posibilidad de que CFE aumente las tarifas.

Por su parte el gobernador Alfonso Durazo anunció obras de concreto hidráulico para Hermosillo, “un eje vial que cruce la ciudad, desde la salida a Guaymas hasta la salida a Nogales. Y uno que la cruce desde la colonia Nuevo Hermosillo hasta la salida a Bahía Kino.

Hasta ahí bien, sin embargo me pareció de mal gusto que el gobernador Durazo, en un evento donde acude como invitado, donde acaba de decir que gobernará sin distinciones partidistas por que las campañas ya pasaron, eche flores al gobierno de Célida López y critique al ISSSTESON.  Esto independientemente si merecen las porras o no, el evento era de Toño Astiazarán.

Lo bueno que Alfonso Durazo coincidió con Toño Astiazarán al decir que “no soy de los que se esconde en la culpa ajena para justificar la incapacidad. Es verdad: al pasado, ni perdón ni olvido, pero tampoco haremos del pasado un pretexto para no dar resultados. No vengo a ganarme el prestigio, desprestigiando a los demás».

Mis respetos para quien le haya ayudado a Toño Astiazarán a hacer su discurso.

Pasando a otro tema, por más vueltas que le dimos al hecho de que la guardia nacional despejara los alrededores del palacio de gobierno y pusieran de “cadeneros” a los policías municipales para evitar el acceso a la zona durante la noche del grito de independencia, me quedo con la explicación de doña Cuquita: “El miedo no anda en burro mija”.

Gracias por su atención y tiempo, y por favor, ¡sonría! recuerde que podría ser peor.