Dentro de 120 horas más o menos -dependiendo del momento y el día en que esté usted leyendo este “Sin tacto” que estoy haciendo con mucho tacto- los ciudadanos nos dispondremos a ejercer nuestro derecho de votar y ser votados.


Ser votados… la verdad es que hay candidatos que deberían ser botados, ya sea por su impericia o por sus oscuros antecedentes (que son o deberían ser) penales.
Sí, sí, ya sé que algún eminente jurisconsulto (y miren que tengo el honor de conocer al mejor de Veracruz, saludos don Guillermo OM) me podría decir que si alguien tiene o ha tenido cuentas con la justicia no puede ser candidato, aunque esta regla es, ay, transgredida de muchas maneras, y de ese modo vemos a verdaderas fichitas, pájaros de cuenta, gobernando pueblos o calentando curules.
Pero en fin, a lo que quiero ir y no he llegado por tantas vueltas que le doy al asunto, es a que todos los mexicanos deberemos ir a sufragar el próximo 6 de junio. Es un derecho legal y es una responsabilidad ética (don Guillermo…) que debemos ejercer está vez más que nunca, por todo lo que está en juego.
Porque no iremos a las urnas solamente a elegir el mayor número de puestos de la historia, casi 26 mil, sino que decidiremos qué futuro mediato o inmediato queremos para el país.
Me explico: si los votantes le dan la mayoría al partido oficial en el Congreso federal y los locales que estarán en disputa, el presidente López Obrador tendrá las armas para reformar la Constitución y las leyes que de ella emanan, y así consolidará las reformas de su Cuarta Transformación.
Se irá de bajadita hasta que termine el sexenio… o más.
En caso contrario, el Congreso de la Unión será un contrapeso para atemperar los cambios estructurales que trae entre manos el lopezobradorismo, y que tanta polémica han causado en el país.
Polémica y pleitos.
La democracia pura contempla el equilibrio de los tres poderes como la mejor forma de gobierno, pues considera que el absolutismo orilla a la dictadura.
Un presidente que controla el Congreso y al Poder Judicial cae en le tentación permanente de ejercer su mandato a base de ocurrencias y no pensando en lo que le conviene al país. La concordancia de todos los sectores d la sociedad es lo que hace un gobierno justo e incluyente.
¿Entiende usted, entones, por qué es tan importante que el domingo vaya y vote?
Ahí nos vemos.

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